Uno de los factores a tener en
cuenta en la intervención con alumnado con trastorno del espectro autista es la
dificultad para la comunicación intencional (derivado, como explicaba Angel
Rivière, de su incapacidad para considerar las representaciones mentales
propias y ajenas, esto es, para tener una teoría de la mente), lo que les lleva
a no poder interpretar o predecir las conductas ajenas y, por tanto, no poder
mantener conversaciones y relaciones sociales con normalidad, dando una
impresión de “egoísmo” que no es tal. Las sensaciones de opacidad, impotencia y
fascinación que producen en nosotros los chicos autistas podrían ser entonces
una especie de respuesta a lo que nosotros a su vez provocamos en ellos (no
olvidemos que lo que caracteriza a las relaciones humanas es la reciprocidad).
Al hilo de lo anterior, podemos
consultar a continuación una serie de actividades, graduadas por edades, que
pueden resultar de utilidad a familias y profesionales para trabajar sobre
dichas dificultades para la empatía en el alumnado con trastorno del espectro
autista:
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